Se encuentra ubicada Jimera de Líbar en el Valle del Guadiaro, en pleno corazón de la Serranía de Ronda, quedando parte de él dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema. Ofrece un paisaje muy accidentado, de cerros cubiertos de encinas, alcornoques y matorral que trepan por los blancos roquedales de la sierra. El resto del municipio, entre el cauce del río y el pueblo, está formado por una franja de terrenos más suaves cubiertos de olivos, cereal y algunos pequeños regadíos de ribera.

El casco urbano está dividido en dos núcleos diferenciados: el pueblo, que se alza en la ladera del monte, y el barrio de la Estación, a orillas del Guadiaro. Sus casas de estilo rural, herencia del estilo mudéjar, se adaptan al trazado laberíntico y sinuoso de sus calles. Sus edificios singulares son la iglesia parroquial, en la plaza Virgen de la Salud; la finca del tesoro es también lugar a visitar en los alrededores. Además, ofrece rutas senderistas en las que podrá admirar especies autóctonas como el quejigo, alcornoque y chopo; y animales como el ratonero, la garza o el abejaruco. Algunas de estas rutas conservan tramos empedrados y restos de antiguas posadas y molinos de trigo o aceite; gran parte de ellas transcurren por una Cañada Real paralela al río Guadiaro.